Hoy día se subió a la micro un tipo de cara chistosa. No porque estuviera sonriendo ni nada parecido, sino sólo porque tenía una cara cómica, no de cómico... pero en fin. Iba con una guitarra bien carreteada. Su primera canción me hizo apagar mi mp3 . Cuando estaba en el colegio tenía un grupo de amigas bien sufridas. Nos tocó vivir experiencias tal vez demasiado fuertes para haberlas sabido afrontar con la madurez, la calma o las máscaras necesarias. Ese fue mi primer "grupo", el primer conjunto de personas que me hacía sentir que pertenecía a algo de verdad. Como siempre, fui la única que se creyó el cuento - especialista en creerse lo que nadie más se cree, aunque digan lo contrario- Pero no me arrepiento. De ahí saque, además de las nunca bien ponderadas "experiencias de vida que te hacen ser lo que eres", una de las pruebas más claras que las amistades de verdad no entienden ni saben de tiempos. Con bolita de cristal o sin ella.Tenía también un grupo de amigos. Los "yupi boys" del Seminario, que nos iban a buscar a la puerta de nuestro colegio religiosamente a las 3:30, después de que nosotras corriéramos cual estampida al baño, para cerciorarnos que en uniforme, "igual salváramos". Uno de ellos me encantaba. Bueno, a veces más de uno de ellos, pero él era el estable. Con su guitarra y sus ojos verdes, cada vez que me hablaba, me paralizaba. Por él, terminé adquiriendo el gusto por Silvio Rodríguez mucho antes de entender sus letras. Por él me aprendí de memoria esa canción "Óleo de Mujer con Sombrero" y la cantaba como si de verdad lograra entenderla. Hoy día la escuché en la voz de ese que usó esa micro como escenario. Y tuve que apagar mi mp3, sonreír -no por la cara chistosa del tipo, sino por todo ese tiempo, toda esa era, por todas las veces que vi sus ojos verdes y no pude hablarle - y empecé a tararearla sólo para mí.
Y en eso, salta esa frase que ha sido la respuesta tantas veces a tantas preguntas: "La cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.Los amores cobardes no llegan ni a amores ni a historias, se quedan ahí. Ni el recuerdo los puede salvar, ni el mejor orador conjugar". Y hay tantas veces en las que fui cobarde y hay otros tantos que también lo fueron. El otro día leí una conversación de hace mucho tiempo ya, en la que alguien me decía que para él, entre nosotros los verbos todavía se conjugaban en presente. Para mi, el único presente es el valiente. Es el que sí gasta el tiempo en "causas que parecen perdidas".
El de la cara chistosa siguió cantando varias canciones más. Pero yo seguí cantándome la de esa mujer con ese sombrero. "Se ha perdido esa bella locura, su breve cintura debajo de mí. Se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar". Y ahora amo pensar que esta vez, sí fui valiente y me arriesgué y que por eso, tengo lo que todo el mundo mataría por tener: la historia, la huella, la locura. Mi amor. (El también tiene ojos verdes..)

El de la cara chistosa siguió cantando varias canciones más. Pero yo seguí cantándome la de esa mujer con ese sombrero. "Se ha perdido esa bella locura, su breve cintura debajo de mí. Se ha perdido mi forma de amar, se ha perdido mi huella en su mar". Y ahora amo pensar que esta vez, sí fui valiente y me arriesgué y que por eso, tengo lo que todo el mundo mataría por tener: la historia, la huella, la locura. Mi amor. (El también tiene ojos verdes..)
4 comentarios:
Acuso recibo del reto por no postiart hace tiempo... pero lo que pasa es que, bajo amenaza de parecer loca, no sé si me conviene escribir cada vez que subes algo nuevo que me gusta, lo que escribes y cómo lo escribes. Que yo estuve ahí, o por ahí... que me identifica, que expresa lo que mi falta de castellano me limita, que quiero que escribas más, mucho más, por mucho más tiempo, muchas más de las cosas donde yo siga estando y me pueda sentir interpretada en un idioma -en el que no se por qué- somos tan fluidas y a tantos les cuesta entender o siquiera identificar.
Sobere esta historia en especial: increible pensar lo lejos que están los días del "grupo" y del seminario, qué raro ser la continuación de esas personas. Ojala no hayamos perdido mucho de ellas, y por el contrario, nos hayamos hecho el favor propio de aprender de todo eso... que es tan ajenamente nuestro.
Escribe maaas!! (y no sería malo alguna vez incluirme más que kmo pie de página o referencia de algún dicho :p)
Jai
Muchas actitudes, que cortan y dejan con la palabra en la boca, hacen que pierdas muchas cosas. Incluso, abstrayéndose del tema del amor en pareja. Más allá de eso. Entre hermanos, padres, etc. Creo que soy fiel exponente de aquello, quizás por orgullo, quizás por dolor.
Como conversábamos, a veces el mundo me ha enseñado a guardar muchas cosas, que antes salían a flotes. El miedo se puede hacer presente, y me trunca toda buena idea que tenía. Pero siempre me llega la valentía. Y me doy cuenta que no todo me callo, que casi nada me cohíbe, que he aprendido a gritar lo que se plazca, y decir cuanta cosa debo en el preciso instante… y no más tarde.
No me gustaría ver el reloj pasar en vano. Ni menos calentar una silla, todo porque un día no hablé.
Bechos gordos,
TOR.
PD: puse en mi blog, la historia de niños piteados… no sé si me da más pena, o lo que se viene es el mismo infierno. Voy a sonar como los viejo, pero ‘nada es como antes’.
Creo que tienes razón. Uno puede perder tanto por hablar de más, por hablar de menos...
Amayis, gracias por tu "mail-post". Creo que desde la primera vez que fuimos a viña, a ese rincon medio ratonesco, con tantos chocolates, tanto copete, tantas historias, tantas risas, tan amigas, me di cuenta que si, tenemos mucho en común y en diferente también. Hay una parte de esa misma "nuestra" canción que habla del miedo .. de perderse en el miedo ... y somos tanto, tu eres tanto que no puedes, no debes perderte en el miedo. De ahora en adelante, cuando la cante, yo sí voy a pensar en tí. Te quiero mil amiga
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