miércoles, septiembre 12, 2007

Y ahora ....


Que quiero escribir, he dicho mil veces. Pero no me sale tan fácil hacerlo. Cada vez que lo intento me frustro, me odio, me avergüenzo, para luego leerlo mil veces, corregirlo mil veces, deshacerlo y volverlo a hacer. Llego a encontrar que puede haber ritmo, que algo se puede rescatar y me perdono y me palmoteo la espalda pensando que la próxima vez, lo podré hacer mejor.
Saber a qué dedicarle mi vida. Saber en qué gastarme la vida. Qué hacer de mi, qué hacer conmigo. Escribir. Ser cualquier cosa. Y no sé nada además que las probabilidades apuntan a que me tendré que dedicar a lo venga.

Nunca he sido buena para elegir. Nunca me ha gustado tomar decisiones porque exactamente ( y lo digo en base a un estudio empírico) la totalidad de las veces, me equivoco. Menos con Pedro. Con él no me equivoqué. Pero a él tampoco lo decidí yo. Él se decidió por mi para mi.
La vida se me está haciendo cada vez más real y yo sigo sintiendo que estoy medio soñando. Yo sigo sintiendo que todo es medio en juego.

Siempre he sentido que el mundo es un lugar demasiado frío, demasiado poco acogedor y que me hiere. Siento que la vida me queda grande, que no sirvo para estar viva y, sin embargo, heme aquí.
Terminé la práctica sin aplausos ni grandes felicitaciones. No me las merecía aunque traté de dar siempre lo mejor de mí. O casi siempre. Pero se me cumplió un sueño. Un sueñito. Entrar por esa entrada de vidrio, sacando orgullosamente mi credencial propia (bien rápido para que no se leyera las grandes letras negras que decían que no establecía relación laboral).
Y la terminé y me he dedicado a dormir sólo porque no sé qué hacer ahora. Estoy perdida. No perdida, estancada.
Y qué más da. Ya no quiero pasarlo mal y no lo voy a pasar mal y no voy a trabajar en cualquier lado (leru leru a todos). No, porque no quiero y con eso me basta.
De a dónde salió la chorita ….

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